Cuando hacemos referencia a marcas como Apple, BMW o Nike tenemos claro que han conseguido conquistar el corazón de sus clientes, con verdaderos fanáticos que no cambiarían de marca por nada del mundo. Pero… ¿cómo se consigue? ¿puede una marca pequeña llegar a mantener un flechazo continuo con sus clientes? La respuesta es sí, es más, es posible y puede llevarse a cabo con una buena estrategia de marketing.
Como fase inicial, tenemos que dejar claros conceptos como:
Lógicamente, todo parte de la base, si no tenemos un buen producto o servicio, poco podremos hacer para conquistar a nuestros clientes.
Además de ofrecer un producto y servicio competente, tenemos que indagar en lo más profundo de nuestro negocio para tener claro qué es lo que mejor sabemos hacer y en qué nos diferenciamos de la competencia. Toda empresa puede aportar valor adicional a sus productos o servicios: experiencia, precio competitivo, calidad, servicio postventa, personalización de productos, exclusividad… Analiza cuáles son tus puntos fuertes y poténcialos más todavía para hacerte un hueco en el mercado.
Muchas empresas piensan que su público objetivo es todo el mundo mundial, lo resumen como hombres y mujeres de entre 18 y 100 años, pero… ¿estás seguro de que tu producto le encaja a todo el mundo por igual? Esto no quiere decir que tu producto no sea susceptible de ser comprado por cualquier perfil, sino más bien nos referimos a que la mayoría de tus clientes tienen cosas en común, intereses, sexo, edad, incluso localización geográfica, estilo de vida, ingresos medios, nivel de educación, etc… Solo tienes que hacer un análisis y ver cuáles son las características de tu público objetivo, seguro que ya ves en qué coinciden, ¿verdad?
Una vez que tenemos todos nuestros conceptos claros, ahora ya es mucho más fácil definir cómo vamos a comunicarnos con nuestros clientes, en qué canales y qué cosas valoran para captar su corazoncito.
Nuestro objetivo siempre será ofrecer una experiencia única y genuina cada vez que nuestro público objetivo entre en contacto con nuestra marca, ya sea desde nuestras redes sociales, porque ha visto un banner publicitario y bien porque ha recibido un correo electrónico nuestro. En cada comunicación que hagamos con nuestro cliente, deberá de seguirse la misma línea conductora a nivel de imagen, mensajes clave y experiencia de marca.
Conseguir una marca potente en el mercado supone trabajar aspectos adicionales a los que la competencia le presta atención. No solo es importante tener una coherencia de comunicación impecable, también tenemos que ofrecer una experiencia única y entrañable para nuestros clientes.
Como comentábamos anteriormente, conocer a tu cliente seguro que te da ideas de qué cosas valora y pueden hacerle sentir una mejor experiencia. Por ejemplo, si tienes una tienda física de productos ecológicos, puedes organizar catas de producto para tus clientes, donde ofrecer información adicional, formas de cocinarlo, consejos de utilización y beneficios para la salud… Todo esto hará sentir a nuestro cliente especial y a sentir una conexión con nuestra marca.